Cinco cosas que no sabías del Palace Les Airelles

En 2007, el empresario de la televisión Stéphane Courbit, a quien le gusta residir en Courchevel, adquirió Les Airelles, el icónico hotel que era propiedad de Raymonde Fenestraz, una de las personalidades de la exclusiva estación. Este gran chalet, con balconadas de madera labrada, pasa a formar parte ese mismo año del LOV Hotel collection y acomete una reforma en profundidad. Cada temporada, el hotel ofrece novedades para satisfacer a una clientela que no dejaría nunca sus espátulas de esquí en otra parte.

En mayo de 2011 el hotel recibió la certificación “Palace” junto a otros siete establecimientos franceses de lujo. La comisión Palace le ha concedido, desde su primera sesión, este título deseado y merecido. Desde las 48 habitaciones y suites, al restaurante con 2 estrellas Michelin de Pierre Gagnaire, del spa La Mer al ski-room XXL, todo es destacable. El Palace Les Airelles posee también el distintivo Leading Hotel of The World.

Bienvenidos al Appartement Privé: la suite más prestigiosa del Palace. Situado en la última planta, la cuarta, ofrece una excepcional vista panorámica sobre las montañas nevadas. Compuesto por cuatro habitaciones decoradas al estilo de los chalés alpinos y de los castillos austro-húngaros del siglo XIX, el Apartamento Privado de 550 m2 seduce por su artesonado, pinturas a mano y adornos reales. Para una experiencia única, los huéspedes disponen de un mayordomo, un Bentley con chófer, un bar, un spa privado, una sala de cine y una terraza con jacuzzi exterior.

Desde 2023, el chef Adrien Trouilloud, galardonado con una estrella Michelin, está al frente del restaurante Palladio. Nuevos sabores y una carta rediseñada harán las delicias de los comensales de esta trattoria transalpina. Sin embargo, Trouilloud no está solo en la lista de distinguidos chefs que encantarán los paladares de los visitantes de Les Airelles, ya que el chef pastelero Cédric Grolet supervisa todas las delicias dulces de la casa. El Palace también cuenta con otros dos restaurantes que no necesitan presentación: Le Coin Savoyard, de cocina tradicional saboyana, y La Table des Airelles. Después de un largo día de deporte, los huéspedes también pueden ponerse cómodos en uno de los acogedores sofás del bar del hotel y disfrutar de bebidas calientes y mignardises junto al crepitante fuego de la chimenea. Por la noche, también se sirven cócteles, grands crus y licores poco comunes.

El hotel no se ha olvidado de los niños. En medio de una gigantesta sala de juego llamada "Le Royaume des enfants", numerosos juegos están a disposición de los más jóvenes. Los más grandes encontrarán su felicidad en la sala de arcades equipada con numerosas consolas y simuladores de videojuegos. En el exterior, los niños pueden jugar a los Robinsones en una cabaña de madera en un árbol o disfrutar de una pista de patinaje privada y de un tiovivo.