El oro de la place Stanislas nos abre las puertas de Nancy, a 1,30 h de París en TGV. En el seno de esta joya arquitectónica del siglo XVIII, las fuentes de Neptuno y Anfítrite ponen una nota de locura rococó al estilo clásico de esta plaza declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
La hermosa Lorena, capital del Art Nouveau, también se descubre a través de sus obras de street-art repartidas por las calles de la ciudad y, por supuesto, su gastronomía.
¡A LA MESA!
Del entrante al postre, nos rendimos a los encantos de la gastronomía regional. En el menú, una quiche lorraine y brie de Meaux acompañado de ciruelas Mirabelle frescas. Y para finalizar, un macaron, una magdalena de Commercy y unos pocos caramelos de bergamota típicos de Nancy.
CULTIVARSE
El centro Pompidou-Metz, obra de Shigeru Ban y Jean de Gastines, considerada una proeza arquitectónica, se reafirma como lugar de divulgación de la creación artística en todas sus formas. En el programa de este verano 2019, las obras del artista coreano Lee Ufan y dos exposiciones dedicadas a Rebecca Horn.
ACTIVARSE
Descubrir Champagne en globo aerostático es una experiencia única para apreciar toda la diversidad paisajística del Gran Este. Este viaje aéreo a merced del viento ofrecerá a los pasajeros un crucero con mucho encanto por los alrededores de la Montaña de Reims y la ciudad champañesa.
Para un primer bautismo en el aire, disfruta este verano del mayor encuentro de globos aerostáticos «Mondial Air Ballon» en Hagéville, a 35 minutos de Metz.
LA HISTORIA EN BICICLETA
Nancy recibirá al Tour por decimoctava ocasión desde su creación y por quinta vez como final de etapa. Además, la ciudad se ha impuesto en cuatro ocasiones como una etapa decisiva para la victoria final. En 2014, el italiano Matteo Trentin logró alzarse como ganador de la etapa por solo unos pocos milímetros.
LA EXPERIENCIA
Experiencia mágica para los amantes de la naturaleza: en Rhodes, a 60 km de Nancy, el parque Sainte-Croix cuenta con lodges temáticos enclavados en medio del bosque para vivir un encuentro inolvidable con una manada de lobos blancos o despertarse entre ciervos.