5 minutos para saberlo todo sobre los Climats de Borgoña

En Borgoña, cuando se habla Climats no se refieren al tiempo que hace sino a unas parcelas que forman el viñedo de Dijon a Santenay. Te contamos todo sobre esta especificidad borgoñona declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Los Climats, una especificidad de Borgoña

Es inútil buscarlos en otro sitio: ¡los Climats sólo existen en Borgoña! Incluidos en el Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 2015, son el resultado de un modelo de viticultura que vincula el vino a su lugar de origen exacto. Cada una de estas parcelas de viña sabiamente delimitadas tiene unas características geológicas y de exposición específicas que, tras la intervención del hombre y su saber hacer, dan unos vinos con un sabor único. Estas parcelas o pagos, 1.247 en total, se extienden a lo largo de una delgada cinta de unos 60 kilómetros de largo, desde Dijon hasta el sur de Beaune.

Unos nombres evocadores

Chassagne, Puligny, Montrachet… Los nombres de los climats, hoy sinónimos de grandes vinos, datan en su mayoría de la Edad Media y traducen una característica geográfica o geológica de la parcela. Por ejemplo, el nombre “Romanée” indica la cercanía de una antigua vía romana, el de “Perrières” remite a un suelo pedregoso, mientras que el de “Montrachet” hace referencia a una colina desprovista de vegetación.

2.000 años de herencia

Los Climats son el fruto de una tradición de viticultura que se remonta a la época galorromana, hace más de 2.000 años, como lo demuestra una viña de la Antigüedad descubierta en 2008 en Gevrey-Chambertin. Tras los romanos, los monjes de las abadías cistercienses y benedictinas, los duques de Valois de Borgoña y más tarde los negociantes, los viticultores, todos han contribuido a dar fama al viñedo borgoñón tal y como lo conocemos hoy.

Una tradición vinícola, festiva y gastrónoma

En los Climats, la tradición todavía tiene un brillante futuro ante sí. Desde 1859, el último fin de semana de noviembre, son muchos los que acuden a Beaune para asistir a la subasta de los vinos de los hospicios de la localidad, que cuenta con algunas parcelas reputadas. En enero, le toca el turno a la Saint-Vincent Tournante, un acontecimiento itinerante que celebra el santo patrón de los viticultores con numerosos desfiles, catas y banquetes. Un evento destacado que se debe a la Hermandad de los Caballeros del Tastevin, que se reúne en el Clos de Vougeot, donde organiza unos banquetes opíparos para más de 600 comensales. Sin olvidar el Mes de los Climats que, cada año en junio, celebra la inclusión en el Patrimonio Mundial de la UNESCO con un abundante programa de visitas, catas, recorridos y eventos festivos.

Muretes y cabañas de piedra en Borgoña

Aquí un murete de piedra, allá una cabotte – cabañas de piedra seca que sirven para guardar herramientas o de refugio para los viticultores -, un poco más lejos un montón de rocas denominado “meurger”… Sin olvidar los “clos”, viñedos cerrados con muros de piedra en cuyo centro a menudo se alza una pequeña vivienda. Todas estas construcciones forman parte del paisaje típicos de los Climats.

Los Climats tienen su propia casa

¿Quieres saber más sobre el viñedo borgoñón, sus Climats y Grands Crus? Acude a la Casa de los Climats, en Beaune, donde una exposición digital e inmersiva sumerge a los visitantes en la historia del viñedo de Borgoña.


Recomendaciones y consejos
Aprovecha tu visita a Beaune para descubrir su rica arquitectura. Muchas de las ciudades de Borgoña revelan una cara distante a los visitantes que las recorren a pie o en bicicleta. Además de sus variedades de uva, la región es también uno de los centros gastronómicos de Francia. Disfrutar de platos locales elaborados con productos frescos de temporada permite aprovechar los bajos precios y preservar la agricultura local.


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