Prometerse el amor eterno en el Pont de Arts
Para crear de entrada un efecto "Oh là la", empezamos por un gran clásico, el Puente de las Artes. ¿Por qué privarse de una etapa ineludible que ha demostrado funcionar miles de veces? De acuerdo, no será la primera o el primero en escuchar las promesas de amor eterno delante de la barandilla. Pero las vistas sobre el Sena y los monumentos de París son increíbles y todo este amor acumulado desde hace lustros sólo puede dar buena suerte. También funciona muy bien en cualquiera de los puentes sobre el Sena, en especial el puente Alexandre III y el Pont Neuf, o más intimo, en una esclusa del Canal Saint-Martin.
Derretirse con los dulces de los mejores pasteleros parisinos
Si la mejor forma de resistir a la tentación es ceder, no tenemos remordimientos en caer en la tentación de los exclusivos pasteles imaginados por los pasteleros parisinos en San Valentin.
Para una merienda en un hotel de lujo, prueba las creaciones de Cédric Grolet, pastelero del hotel Le Meurice, junto a otros dulces maravillosos en la pastelería de Le Meurice por Cédric Grolet.
- Hotel Le Meurice restaurante (Enlace externo) y bar Le Dalí (Enlace externo)
- La Pastelería de Le Meurice por Cédric Grolet (Enlace externo)
Exaltarse en el Museo de la Vida Romántica
No te creas, el romanticismo, el verdadero, no es algo cursi. Si eres alguien apasionado, dirígete al Museo de la Vida Romántica en el distrito 9 de París, donde podrás inspirarte del tormento amoroso de los artistas del siglo XIX que no hacían las cosas a medias a la hora de declararse. ¡Qué calor! Para calmar las cosas, nos instalamos tranquilamente en el encantador jardín del palacete y tomamos una poción de amor...
Regalar un ramo de flores de temporada
En estas latitudes, olvidamos las rosas en invierno y cambiamos los códigos (¿somos verdaderos ecologistas o no?). En febrero, regalamos eléboros (que crecen incluso en la nieve) o grandes ramos de mimosas que llenan el ambiente con su perfume e iluminan los días más fríos. Aprovechamos para recordar el ritmo de la naturaleza y de las estaciones: la cantinela del especialista en botánica con una conciencia ecorresponsable tiene todas las posibilidades de lograr que él o ella se derrita. Ramos a la venta en cualquier buen florista: ¡abundan en las calles de París!
Tocar el séptimo cielo frente a la Torre Eiffel
Tomar altura (140 metros exactamente) y disfrutar de una de las mejores vistas de París en el Windo Sky Bar del hotel Hyatt Regency Porte Maillot para grabar a fuego el instante con tu media naranja resulta infalible. Con la Torre Eiffel en el horizonte, París que resplandece, el “pop” del tapón de la botella Champagne, la ligereza de las burbujas (con moderación, eso sí)... Imposible echar a perder tu declaración en estas condiciones.
Cita en París
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