Las mejores direcciones en Marsella de un príncipe de la noche

Aperitivo sobre un barco, veladas en el MuCem, bares efímeros... El colectivo Borderline sacudió la noche marsellesa. Su fundador, Christian Mellon, nos dice sus direcciones preferidas de Marsella, tanto de noche como de día.

Seguramente su nombre no te dice nada, pero su colectivo, Borderline, está en el inicio de numerosos acontecimientos que seducen a los noctámbulos marselleses, de 30 a 50 años. "He creado Borderline en 2010, con un amigo. Queríamos organizar noches que nos dieran ganas de salir", nos confía Christian Mellon, antiguo rapero de una cuarentena de años.

Todo comenzó con los aperitivos sobre un barco, alejándose del concepto de la excursión tradicional y marítima para descubrir las calas. A las 19 horas, cada domingo, él embarca a 250 personas para un aperitivo en la rada de Marsella, con regreso a las 22h30. Lo que le diferencia de los demás, una programación musical en directo y DJ, ecléctico y rebuscado: electrónica, rock, hip-hop… es una oferta de foodingn.

Más adelante, Borderline organiza regularmente noches, a menudo hasta la 1 de la mañana, en lugares insólitos tales como el teatro Sylvain, el estadio Velódromo, la sala de las rotativas del periódico La Marseillaise, la cala de Niolon…

Solicitado en 2015 por el Mucem (museo de las civilizaciones de Europa y del Mediterráneo), el colectivo también inventó les Nuits Vernies. En el programa, tres veces al año: visita nocturna, guiada y gratuita de la exposición temporal del museo, seguida de una noche con DJ.

Finalmente, después de haber creado también bares efímeros, Christian Mellon se mudó en el barrio Saint-Victor, en el Repaire, un bar para un aperitivo y comida, abierto de miércoles a sábado.

Juerguista, noctámbulo pero también papá, respondió a nuestras preguntas sobre las direcciones que le hacen vibrar en Marsella.

¿Un bar donde beber una copa con amigos?

Le Repaire claro, cerca del Viejo Puerto de Marsella.

¿Un club donde salir de noche?

Después de la una de la mañana, me gusta ir a La Dame Noir Dancing, sobre el Viejo Puerto. Es una de las salas del club Trolleybus, con una música de calidad y un público mixto en términos de edad, contrariamente a la mayoría de los clubs de Marsella que son frecuentados por una clientela muy joven, de 18 a 25 años.

¿Un dirección para pasar la noche?

La Casa Ortega, una habitación de huéspedes con clase cerca de la estación Saint-Charles. Aprecio su acogida y su lado cocooning. Si no, a menudo alojo a los artistas de nuestros acontecimientos en el hotel La Résidence en el Viejo Puerto, muy bien situado. Adoro su decoración retro de los años 1950.

¿Un lugar de arte?

El museo Regards de Provence, por su atmósfera y su arquitectura del lugar (una antigua estación marítima sanitaria), por su apertura al mar con grandes terrazas exteriores y por su cercanía a la Catedral de la Major.

¿Un restaurante para una comida gastronómica?

Saisons, una dirección abierta por los chefs Julián Diaz y Guillermo Bonneaud en el barrio de Castellane. Como su nombre indica, ellos hacen la mayor parte de su cocina con productos de temporada, como el espárrago de Córcega en primavera por ejemplo. Al mediodía, ellos proponen un menú accesible a partir de 35€.

¿Un paseo romántico?

Llevar a tu pareja al Castillo d’If. Basta con tomar un pequeño transbordador. Incluso hay un restaurante en el lugar.

¿Una vuelta con niños?

Me gusta llevar mucho a mis niños al jardín de Pharo, por la vista suntuosa sobre el Viejo Puerto, detrás del área de juegos. Si no, con Borderline, quise crear un acontecimiento donde relajarse y hacer la fiesta con sus chicos. A partir de julio, cada sábado, vamos a investir las terrazas y la piscina del Tenis Club Phocéen en el barrio de Luminy para una velada por el día, de las 12 a las 18, con tumbonas y barbacoa.

¿Dónde tomar el aire?

¡En las calanques (calas)! Desde Callelongue, hasta el final de la carretera des Goudes, podemos andar hasta la cala de Marseilleveyre y comer un plato de pasta en chez Le Belge (nombre del único restaurante de la playa). Nos sentimos en el fin del mundo.

¿Un sitio para un baño?

La cala de Sormiou, por su entorno mineral único y su encanto. Yo antes vivía allí. En verano, los fines de semana, el acceso está cerrado a los coches. Hay que subir el paso y bajar a pie, pero bien vale la pena. O si no, la astucia, reservar una mesa en el restaurante Le Château y acceder así al lugar con su vehículo.

¿Una escapada fuera de Marsella?

Sobre la carretera des crêtes (de las crestas), en modo road-trip entre Cassis y la Ciotat. Hay un parecido a Arizona sobre esta carretera encarramada sobre los acantilados de Cap Canaille.

¿Una dirección insólita?

El restaurante Le 13, en el piso 13 del hospital de la Timone. Una dirección con una panorámica de la ciudad, abierto a todos. Es allí donde voy cuando quiero sorprender a alguien.

Cita en Marsella, en Provenza