Ruta gastronómica del mar a la montaña

Una apasionante aventura viajando desde la fina arena y las ostras de Sète a la nieve y la roca, las vacas, las aves y los corderos de los Alpes marítimos. Mar y montaña en su estado más puro.

Sète y Montpellier, joyas de Hérault

Tomaremos como punto de partida la bucólica población de Sète (Occitania), junto a la laguna de Thau. Desde el año 2010, Sète es internacionalmente conocida por el festival bienal Escale à Sète, donde se reúnen veleros de todo el mundo para realizar un sentido homenaje al mundo marítimo durante la Semana Santa. Recomendamos subir hasta el mirador del Mont Saint-Clair cuya vista sobre el mar y los canales de Sète es espectacular.


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A nivel gastronómico, destacan La Coquerie, La Marine, Les Halles et Manger y Chez François. No podemos partir sin probar las ostras de la región acompañadas por una copa de vino Picpoul de Pinet. Las ostras de la región se desarrollan en unas condiciones ideales en un biotopo único. Las lagunas de Thau y Leucate acogen el 10% de la producción nacional francesa.


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De Sète subiremos hasta Montpellier (Occitania), ciudad dinámica y moderna que combina a la perfección pasado y presente. El centro histórico (l´Écusson) posee edificios emblemáticos, con un ambiente en las calles y las terrazas envidiable, destacando la Place de la Comédie, uno de los puntos más transitados y emblemáticos de la ciudad, con sus célebres tranvías. En Montpellier también podemos visitar la Catedral de Saint-Pierre, el jardín botánico, el museo Fabre y el castillo de Flaugergues. A la hora de comer, reserva en Balthazar Café-Restaurant y el Les t´OCqués, donde las combinaciones de sabores son espectaculares.

Marsella, en Provenza, la rebeldía que marca una evolución constante

Seguiremos subiendo hacia el noreste, dando un giro hacia Marsella (Provenza). Fundada hace unos 2.600 años, la ciudad ofrece al visitante una fusión perfecta de arte, gastronomía y entretenimiento, con idílicas calas protegidas por imponentes acantilados.


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Si subimos por la rampa medieval des Accoules, descubriremos la Place de Lenche, la Place des Treize Cantons (con La Maison Leuray 1901, la Chocolatière du Panier), los museos de la impresionante Vieille Charité, la Place des Moulins o La Grande Savonnerie, donde podemos comprar el auténtico jabón de Marsella.


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Si hablamos de mar y montaña, no podemos pasar por alto la visita obligada a la Basílica de Notre-Dame de la Garde, situada a 157 m de altitud por encima de Marsella. Son varios los restaurantes que nos han seducido a lo largo de los últimos años, destacando Le Panier Marseillais, Chez Fonfon, el Restaurant Michel, el Café Bovo y el Grand Bar des Goudes, donde podrás disfrutar de una excelente bouillabaisse, un clásico de la Provenza que nunca decepciona.

El glamour de la Costa Azul, entre mar y montaña

Dejaremos atrás Marsella y seguiremos avanzando hacia el este, siguiendo la maravillosa Costa Azul. Descubriremos poblaciones tan míticas y cinematográficas como son Toulon, Saint-Tropez, Saint-Raphaël, Cannes (con su festival de cine mundialmente conocido), Antibes y Niza, una de las ciudades con mayor solera de toda Francia.


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Muy recomendable la subida en teleférico hasta la cumbre del Mont Faron (583 m), desde donde se divisa una panorámica espectacular de Toulon, su importante puerto y una parte de la Costa Azul.

Niza y los Alpes marítimos

Niza es una ciudad preciosa, llena de vida, color y aromas, cuyo casco antiguo es una verdadera maravilla. Si damos un paseo por el centro de la ciudad, antes de visitar el Palacio Lascaris, el Museo Matisse o la Catedral de San Nicolás, recomendamos degustar el chocolate de Maison Auer que abrió en 1820, la socca del Chez Pipo y los helados de Azzurro o de Fenocchio.


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Subir hasta la Colina del Castillo nos regalará unas vistas preciosas sobre una buena parte de Niza con los tejados anaranjados de la ciudad vieja, el Puerto Lympia y el Paseo de los Ingleses.


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La cercanía de la alta montaña se deja notar, pues son varios los restaurantes donde encontraremos carnes y platos de interior excelentes. Anímate a descubrir la cocina de l´Antica, l´Epicerie Georges, La Route Du Miam y, muy especialmente, el restaurante Jan, cuyo chef Jan Hendrik realiza auténticas maravillas.

Mar y montaña in full effect

A partir de este punto nuestra ruta se dirige al interior, dando un giro hacia el norte, para adentrarnos en los Alpes Marítimos, descubriendo poblaciones tan entrañables como pueden ser Saint-Sauveur-sur-Tinée o Sorbière. Al llegar a Isola, nos desviaremos hacia el noreste, subiendo por una carretera trepidante hasta la estación de esquí de Isola 2000, considerada como la primera gran estación de los Alpes franceses llegando desde el sur.


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Situada a tan solo una hora y media de la Costa Azul, la estación de Isola 2000 es uno de los grandes miradores de los Alpes del Sur, entre el Parque Nacional de Mercantour en Francia y el Parque Natural Alpi Marittime italiano. Durante casi todo el año, el telecabina de Mercantour nos ayudará a subir cómodamente hasta los 2.300 m, disfrutando de una panorámica alpina de primer nivel. Punto de partida de innumerables excursiones, Isola 2000 ofrece al visitante todo un abanico de actividades de montaña, siendo un destino muy recomendable para familias con niños.


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El Parque Nacional de Mercantour, creado en 1979, se extiende sobre 28 municipios (más de 2.000 km²). Todo territorio protegido alberga un espacio de armonía entre la conservación, el descubrimiento, el desarrollo local y el respeto por las antiguas tradiciones regionales. El Parque Nacional de Mercantour posee una fauna y una flora única en Europa. Al otro lado de la frontera han creado el Parco Naturale Alpi Marittime, alrededor del macizo de Argentera, cuya cumbre más alta se eleva a 3.290 m. A partir de este punto, quienes deseen continuar descubriendo la magia y la hospitalidad de los Alpes franceses pueden seguir subiendo hacia el norte, a través de la preciosa carretera del Col de Restefond y el Cime de la Bonette, el punto más alto de Francia (carretera asfaltada).

Orange recomienda

La región de Provenza-Alpes-Costa Azul es la principal productora de trufas, la joya de la gastronomía francesa. De finales de noviembre a finales de marzo, encontrarás estos diamantes negros en los puestos de los mercados de Carpentras, Richerenches o Aups. Pero también podrás degustar la trufa blanca de Pépinières Robin en los Altos Alpes. Una experiencia única para disfrutar y compartir gracias a la red de Orange.

Cita en Occitania, Provenza y Costa Azul